¿Os sorprende si os digo que Jazztel encabeza todos los listados en las reclamaciones de los usuarios de telefonía? Pues no os sorprendáis: está en primer lugar en todas las clasificaciones.
Cada año por estas fechas, la Oficina de Atención al Usuario de las Telecomunicaciones, que depende del Ministerio de Industria, hace su balance anual de las reclamaciones de los usuarios en temas relacionados con la telefonía: los mejores y los peores en la atención al cliente, los mejores y los peores en el acceso a internet fijo, en el móvil, o en los paquetes de voz y datos fijos. Pues los datos del último año no pueden ser más concluyentes: ahí está Jazztel, encabezando el “hit parade” de las categorías. Ya destacó por lo mismo en 2014, pero es que no haya mejorado, que haya buscado una mejor relación con clientes y no clientes, sino que ha empeorado: las reclamaciones contra la operadora han aumentado nada menos que un 11,8% en 2015 con respecto al anterior. Puede ser discutible su publicidad, “la diferencia está en el ahorro”, pero es indiscutible que la diferencia si está en el servicio que ofrece a clientes y potenciales clientes. ¿O es otra apuesta atrevida para ser líderes en este campo?
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La verdad es que siempre ha sido una operadora polémica por unas u otras cosas. No es difícil encontrar a usuarios que se quejan, por ejemplo, de la “insistencia” de sus comerciales para tratar de vender algún producto, que te cambies de operador; no extraña, por molesto que resulte, que te insistan una y otra vez, con muchas llamadas a lo largo del día, durante una semana…; y no es raro que, pese a que el usuario insista en no querer recibir sus llamadas, siga recibiéndolas. O que las llamadas sean a horas inoportunas. La verdad es que los comerciales de Jazztel parecen adoctrinados para molestar más que para captar clientes. Una agresividad que les lleva a una políticas comerciales más que discutibles, que incluso molestan en la competencia por el daño que producen en la imagen del sector.
Precisamente para evitar estas molestias a los clientes y mejorar una imagen que estuvo mucho más deteriorada hace años, los operadores firmaron un código de buenas prácticas. Se trataba de evitar el spam telefónico y para ello marcaron una reglas de juego que significara “juego limpio” entre ellas y, sobre todo, con los clientes. Bueno pues Jazztel también se ha especializado en su incumplimiento. Por ejemplo, según ese código no se puede llamar a clientes que estén registrados en la Lista Robinson (incluye las personas que han declarado no querer recibir llamadas comerciales), ni se puede llamar hasta tres meses después de haber realizado ya una oferta al cliente, no llamar desde números ocultos, no hacerlo fuera de los horarios “comerciales”, es decir, ni por la noche, ni sábados por la tarde o domingos… Pues todo eso no lo respetan siempre los comerciales de Jazztel. Mejor, Jazztel, perfectamente conocedora de estas prácticas, lógicamente marcadas desde la empresa, no pone ningún freno.
Es curioso y significativo que hasta un famoso que anuncia en las televisiones los productos de Jazztel, Pablo Motos, llegó a explicar en un programa que él también había sido víctima del spam telefónico de Jazztel. Sin palabras. Jazztel, la diferencia está en la quejas…
Fuente: http://cadenaser.com/programa/2016/06/13/ser_consumidor/1465834701_949596.html