Hola amigos,
Hoy me apetece escribir algo, hace tiempo que no lo hacía, llamadme temerario si queréis ya veréis el por qué.
Tres semanas esperando a Movistar para una instalación de fibra óptica. No cuento la historia ni los miles de vueltas que llevo dado porque os sorprenderíais de la prepotencia, la falta de respeto y la indiferencia con la que trata Movistar a sus potenciales clientes.
Hoy he vuelto a llamar a Movistar. Cinco horas al teléfono esperando que alguien me atendiera soportando la musiquita insufrible, que ya podían poner algo decente, porque es para cortarse las venas, total para no resolver nada.
Conclusión, estoy ya pensando en prepara sendas denuncias contra Movistar, una de ellas para presentar en la comisión nacional de telecomunicaciones y otra presentar ante el organismo competente de la unión Europea, ya me pensaré si cae alguna más ante algún otro organismo.
El problema de las zonas rurales es que no hay más donde elegir y Movistar lo sabe muy bien, de eso se aprovechan, que si no... Yo lo que tengo muy claro es que en cuanto llegue otra compañía con fibra a mi zona, a la más mínima oportunidad, o mucho tendrán que cambiar las cosas o bye bye Movistar.
Autor: FJCI
Damnificados por las Teleoperadoras
martes, 5 de noviembre de 2019
miércoles, 17 de abril de 2019
Si tienes una llamada perdida desde un prefijo 225, 233, 234, 355 o 387, no la devuelvas: es un fraude
Si tienes una llamada perdida desde un prefijo 225, 233, 234, 355 o 387, no la devuelvas: es un fraude
Los timadores llaman desde líneas de tarificación adicional de Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Albania y Bosnia.
Los timadores llaman desde líneas de tarificación adicional de Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Albania y Bosnia.
FACUA-Consumidores en Acción alerta de un fraude telefónico que inflará la factura de los usuarios si responden a llamadas perdidas realizadas desde números que comienzan por 225, 233, 234, 355 o 387. Se trata de prefijos de Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Albania y Bosnia, respectivamente, que generalmente corresponden a líneas de tarificación adicional, es decir, numeraciones con las que sus titulares ganan dinero al recibir llamadas.
Si un consumidor ha sido víctima de este tipo de timos, la asociación le aconseja que presente una reclamación a su compañía de telecomunicaciones para advertir del fraude y solicitar que, conforme a lo establecido en la normativa del sector, le desglose en la factura el importe que corresponde a la retribución que iría al titular de la línea de tarificación adicional. De esta forma, el afectado puede dejar de abonar esa parte del recibo.
Si reclamas y no pagas, no te pueden cortar la línea
En este sentido, la Orden PRE/361/2002, de 14 de febrero, establece en su artículo octavo que las compañías de telecomunicaciones no pueden cortar la línea a un usuario que muestre su disconformidad con la facturación y no abone la cuantía relativa a la remuneración que corresponda a los prestadores de servicios de tariicación adicional.
Si el usuario no quiere que el operador le corte el acceso a otras líneas de tarificación adicional, la citada norma establece que debe presentar una reclamación ante las Juntas Arbitrales de Consumo o ante la Secretaría de Estado competente en materia de Telecomunicaciones. Además, mientras se esté substanciando dicha reclamación, tiene que consignar fehacientemente el importe adeudado.
Descárgate en este enlace la imagen de la alerta de FACUA para compartirla en WhatsApp, Telegram o tus perfiles en redes sociales.
martes, 9 de abril de 2019
Vodafone, elegida por los consumidores como La Peor Empresa del Año
Vodafone, elegida por los consumidores como La Peor Empresa del Año
Vodafone ha sido elegida La
Peor Empresa del Año por los consumidores. La filial en España de la
multinacional británica ha recibido el 36% de los votos en la 10ª
edición de los premios que convoca FACUA-Consumidores en Acción. Junto a
ella estaban nominadas BBVA, Ryanair y la ganadora del año pasado,
Endesa, que en esta ocasión ha sido la segunda más votada, con el 30%.
Es el primer año que Vodafone recibe este galardón y el séptimo en el que estaba nominada. Se trata de un evento que desde 2010 FACUA lanza cada año para censurar los graves abusos que se producen en el mercado y promover prácticas más responsables en las relaciones entre las empresas, los usuarios y las organizaciones que representan sus intereses. Hasta la fecha, la empresa que ha recibido en más ocasiones el premio ha sido Movistar, nada menos que cinco veces: fue elegida en las dos anteriores ediciones y en las tres primeras.
Las votaciones, en las que han participado 8.447 consumidores, han tenido lugar entre el 15 de marzo y el 2 de abril a través de la web FACUA.org/peorempresa. La semana pasada, FACUA dio a conocer al ganador de la otra categoría de estos premios, El Peor (y más machista) Anuncio del 2018, que recayó sobre el gimnasio sevillano Hammer Fitness por un cartel donde mostraba a una mujer entrenando en ropa interior.
¿Por qué ha recibido el premio Vodafone?
Las nominadas en esta edición han sido las empresas con más reclamaciones en FACUA por parte de los consumidores en sectores tan relevantes como las telecomunicaciones, la energía, la banca y el transporte aéreo. En el caso de Vodafone, las causas de las denuncias fueron especialmente el incumplimiento de ofertas con las que capta los usuarios mediante llamadas telefónicas. También hubo numerosos casos de cobros de servicios no solicitados, la negativa a tramitar solicitudes de baja para continuar enviando facturas y el cobro de mensualidades completas sin respetar las fechas de cancelaciones de los contratos.
Movistar, Bankia, Endesa y Gilead, premiados en las anteriores ediciones
El año pasado el premio recayó en Endesa. El anterior, en Movistar, que también ganó en la primera, segunda y tercera y séptima edición. La premiada como La Peor Empresa de 2014 fue Gilead, el laboratorio del fármaco contra la hepatitis C Sovaldi. En la cuarta y quinta edición el premio fue para Bankia.
Estos han sido los ganadores y nominados en las 10 ediciones celebradas hasta la fecha:
La Peor Empresa de 2018: Vodafone (ganadora), BBVA, Endesa y Ryanair.
La Peor Empresa de 2017: Endesa (ganadora), BBVA, Vodafone y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2016: Movistar (ganadora), BBVA, El Corte Inglés y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2015: Movistar (ganadora), Santander, Twitter y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2014: Gilead (ganadora), Bankia, Orange, Divatto y Repsol.
La Peor Empresa de 2013: Bankia (ganadora), Endesa, Iberdrola, Movistar y Vodafone.
La Peor Empresa de 2012: Bankia (ganadora), Endesa, Iberdrola, Movistar y Vodafone.
La Peor Empresa de 2011: Movistar (ganadora), Bankia, CAM, Vodafone y Ryanair.
La Peor Empresa de 2010: Movistar (ganadora), Vodafone, Bankinter, Power Balance y Ryanair.
La Peor Empresa de 2009: Movistar (ganadora), Air Comet, Orange, Ryanair y Vodafone.
Fuente: https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=13325&fbclid=IwAR0gbh0VnO3UTVUjFxoakjb1Uw1YHFNos5jBP1aROWCUzTe8tFzX3KBho9E
Es el primer año que Vodafone recibe este galardón y el séptimo en el que estaba nominada. Se trata de un evento que desde 2010 FACUA lanza cada año para censurar los graves abusos que se producen en el mercado y promover prácticas más responsables en las relaciones entre las empresas, los usuarios y las organizaciones que representan sus intereses. Hasta la fecha, la empresa que ha recibido en más ocasiones el premio ha sido Movistar, nada menos que cinco veces: fue elegida en las dos anteriores ediciones y en las tres primeras.
Las votaciones, en las que han participado 8.447 consumidores, han tenido lugar entre el 15 de marzo y el 2 de abril a través de la web FACUA.org/peorempresa. La semana pasada, FACUA dio a conocer al ganador de la otra categoría de estos premios, El Peor (y más machista) Anuncio del 2018, que recayó sobre el gimnasio sevillano Hammer Fitness por un cartel donde mostraba a una mujer entrenando en ropa interior.
¿Por qué ha recibido el premio Vodafone?
Las nominadas en esta edición han sido las empresas con más reclamaciones en FACUA por parte de los consumidores en sectores tan relevantes como las telecomunicaciones, la energía, la banca y el transporte aéreo. En el caso de Vodafone, las causas de las denuncias fueron especialmente el incumplimiento de ofertas con las que capta los usuarios mediante llamadas telefónicas. También hubo numerosos casos de cobros de servicios no solicitados, la negativa a tramitar solicitudes de baja para continuar enviando facturas y el cobro de mensualidades completas sin respetar las fechas de cancelaciones de los contratos.
Movistar, Bankia, Endesa y Gilead, premiados en las anteriores ediciones
El año pasado el premio recayó en Endesa. El anterior, en Movistar, que también ganó en la primera, segunda y tercera y séptima edición. La premiada como La Peor Empresa de 2014 fue Gilead, el laboratorio del fármaco contra la hepatitis C Sovaldi. En la cuarta y quinta edición el premio fue para Bankia.
Estos han sido los ganadores y nominados en las 10 ediciones celebradas hasta la fecha:
La Peor Empresa de 2018: Vodafone (ganadora), BBVA, Endesa y Ryanair.
La Peor Empresa de 2017: Endesa (ganadora), BBVA, Vodafone y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2016: Movistar (ganadora), BBVA, El Corte Inglés y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2015: Movistar (ganadora), Santander, Twitter y Volkswagen.
La Peor Empresa de 2014: Gilead (ganadora), Bankia, Orange, Divatto y Repsol.
La Peor Empresa de 2013: Bankia (ganadora), Endesa, Iberdrola, Movistar y Vodafone.
La Peor Empresa de 2012: Bankia (ganadora), Endesa, Iberdrola, Movistar y Vodafone.
La Peor Empresa de 2011: Movistar (ganadora), Bankia, CAM, Vodafone y Ryanair.
La Peor Empresa de 2010: Movistar (ganadora), Vodafone, Bankinter, Power Balance y Ryanair.
La Peor Empresa de 2009: Movistar (ganadora), Air Comet, Orange, Ryanair y Vodafone.
Fuente: https://www.facua.org/es/noticia.php?Id=13325&fbclid=IwAR0gbh0VnO3UTVUjFxoakjb1Uw1YHFNos5jBP1aROWCUzTe8tFzX3KBho9E
lunes, 8 de octubre de 2018
Vengo recibiendo mensajes SMS de publicidad en mi móvil y mi compañía me dice que no tiene nada que ver con ellos, ¿qué puedo hacer?
Vengo recibiendo mensajes SMS de publicidad en mi móvil y mi compañía me dice que no tiene nada que ver con ellos, ¿qué puedo hacer?
Puedes denunciar la recepción de SMS publicitarios ante la Agencia Española de Protección de Datos
La normativa aplicable en esta materia prohíbe enviar comunicaciones publicitarias sin que hayan sido solicitadas o expresamente autorizadas por el destinatario.
Por lo tanto, está prohibido el envío de publicidad sin el consentimiento previo del que la recibe. Debe recordarse, no obstante que en numerosas ocasiones, la persona que adquiere un bien o contrata un servicio presta su consentimiento para recibir publicidad a través del móvil de forma irreflexiva y ahí es donde está el origen de la publicidad que recibimos en nuestro móvil, vía SMS.
El control de esta obligación corresponde a la Agencia Española de Protección de Datos. Por lo tanto, cuando un usuario considere que el envío de publicidad se está efectuando sin su consentimiento podrá denunciar los hechos ante dicho Organismo.
Para reclamar conviene identificarnos plenamente como denunciante y transcribir el texto literal del mensaje para que la AEPD pueda identificar a la compañía que envía el SMS y comprobar si el mensaje cumple el deber de identificar al enviante y de ofrecer los medios para poder darse de baja.
Fuente: Elaboración propia y www.usuariosteleco.es
Fuente: https://www.reclamacionesconsumidor.com/2010/08/06/vengo-recibiendo-mensajes-sms-de-publicidad-en-mi-movil-y-mi-compania-me-dice-que-no-tiene-nada-que-ver-con-ellos-%C2%BFque-puedo-hacer/
Feas artes de JAZZTEL para darte de baja
Feas artes de JAZZTEL para darte de baja
Reproduzco a continuación carta recibida de Eduardo Laporte, periodista y escritor.
No me extraña lo que nos cuenta sobre sus dificultades para darse de baja de Jazztel.
Hace no tanto yo publicaba mi pésima experiencia con ONO al intentar darme de baja.
También recientemente mi suegra sufrió otro defecto de información por parte de Movistar, cuando le ofrecieron MOVISTAR FUSION y le aseguraron que podría utilizar el mismo móvil que venía utilizando con Vodafone.
Cual fue la sorpresa cuando, una vez se dio de baja, se encontró que el móvil no estaba liberado y Vodafone ya no podía liberarlo pues ya no era cliente. Paradojas de estas Compañías, que prefieren no dar toda la información con tal de robar clientes a la competencia.
Os dejo con la experiencia de Eduardo:
FEAS ARTES DE JAZZTEL
Este jueves, 11 de julio, fui testigo de un intento de estafa delante de mis narices, por para de una operadora de telefonía móvil y de servicios de internet que hasta el día de hoy tomaba por seria: Jazztel.
Dado de alta con ellos desde enero de este año, y cliente en otros números y otros domicilios de la misma compañía, he decidido darme de baja para unificar todas mis comunicaciones con Orange, que es con quien tengo el contrato de móvil.
Estaba contento con la oferta que me había hecho Orange, ya que en pocos meses podría unificar en una sola tarifa los gastos de ADSL y móvil, y me ahorraría dinero.
Estaba contento hasta que al llamar a Jazztel para darme de baja me dicen que tendré que abonar 84 euros + IVA (102 euros) en concepto de “costes administrativos”.
Les digo que no sabía nada de esto, y me contestan que está reflejado en no sé qué claúsula de un contrato que, por cierto, no he firmado ya que toda la contratación es vía telefónica y en ningún momento se me informó de ese punto.
Llamo a Orange bastante mosqueado porque considero que también deberían conocer estas condiciones de la competencia a la hora de convencer a los clientes para que se cambien a su compañía.
Mi relación con Jazztel hasta ese momento era correcta y el supuesto ahorro que iba a lograr se venía un poco abajo si tenía que abonar de entrada más de 100 euros. Expreso mi cabreo en las redes sociales y se lo hago llegar a Facua, que me contesta, en Twitter, que tienen “una denuncia en el horno”.
Es decir, no es nuevo, y el propio comercial de Orange ya me contesta que son varios los clientes o exclientes de Jazztel que han llamado con el mismo problema.
Ahora mismo ya funciono en con Orange, pero mis suspicacias no paran de crecer.
Un amigo me comenta lo siguiente en Facebook: “Me cambié hace poco de Vodafone a Orange y cuando estuvo lista el alta no funcionaba el teléfono.
Fui a una tienda de Orange y me dijeron que lo tenía que liberar: 150 eurillos del ala, me costó. Vodafone y Orange no hicieron ninguna mención a ese detalle”.
La estrategia de Jazztel es tan burda como lamentable: te amenazan con ese pago que, por lo visto luego no se suele cobrar, para acto seguido canceles los nuevos compromisos adquiridos con la competencia y te quedes en Jazztel, contratando, ahora sí, todos los servicios con ellos: telefonía móvil si no la tenías, o ADSL.
Es una pena que las compañías de telecomunicaciones tengan que recurrir a estas técnicas más propias de piratas que de empresas que actúan dentro del marco de la legalidad y de las leyes de competencia.
Por lo que a mí respecta, voy a darles el beneficio de la duda a Orange, pero no quiero saber NADA de Jazztel en mi vida de consumidor de internet y pienso hablar mal de esa empresa a todo aquel que me pregunte.
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Eduardo Laporte
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Eduardo Laporte
Fuente: https://www.reclamacionesconsumidor.com/2013/07/11/feas-artes-de-jazztel-para-darte-de-baja/
Mi experiencia con la compañías telefónicas: Jazztel, Amena, Orange… Nacidas para engañar
Mi experiencia con la compañías telefónicas: Jazztel, Amena, Orange… Nacidas para engañar
¿Por qué mentir? ¿Por qué basar cada venta en el embuste? ¿Por qué estafar sin ápice de ética ni moral? ¿Por qué recurrir sistemáticamente al engaño con gente honrada que, sí o sí, va a contratar el servicio, ya que Internet y el teléfono móvil se han convertido en bienes de primera necesidad en la sociedad actual? ¿Por qué robar impunemente a personas normales?
Este artículo no lo escribo, lo regurgito. Porque llevo meses (años) acumulando mala hostia, soltando invectivas llenas de bilis que le entran por una oreja y le salen por la otra a la o el telefonista de turno, esperando paciente e ilusamente a encontrar una compañía telefónica honrada. Pero ya está. Hoy sé que no existe.
Y lamento no tener mejor memoria. La realidad es que llevan timándome toda la vida, pero no recuerdo exactamente las filfas de unas y otras. Así que voy a relatar las últimas. Las que tengo frescas.
A pesar de lo atractivo de la proposición, me costó aceptarla. Uno de los motivos para hacerlo fue la insistencia, porque si hay algo que caracteriza a las compañías telefónicas –además de su asqueroso modus operandi basado en el timo– es que son inasequibles al desaliento; ergo, insoportables.
Al final caí en la trampa. Les solicité que mis recibos se pasaran al cobro a partir del día 15 de cada mes –soy autónomo y mis facturas no son nóminas que se paguen el día 1–. Evidentemente me respondieron que sí (“Decir sí a todo con tal de vender, vivimos del engaño”, imagino que pone en letras grandes en las paredes de las oficinas de Jazztel). En el segundo mes sucedió lo previsto: el recibo se pasó al cobro antes de esa fecha y no había dinero. ¿Qué sucedió? Evidentemente hice frente a una sanción. Solo era la primera.
La filípica con la telefonista en cuestión subió el tono. Me pasaron con varios departamentos. Aseguraron escucharme: “Estamos aquí para ayudarte”, dicen carcajeándose en tu cara. El corolario fue el mismo de siempre: “Te jodes”.
En el hacinamiento descontrolado de argumentos falsos (y eso que ya casi me habían convencido con lo del 50 %), apuntaron que otro de los motivos del encarecimiento era que me iban a poner fibra. Un técnico vino a mi casa una semana después y comprobó que para instalarla era preciso realizar una pequeña obra. Yo no soy el propietario y, por lo tanto, le planteé que me dejara el ADSL y que ya hablaría con la dueña para analizar la opción de realizar la obra. Así lo hizo.
Llamé de nuevo a mi compañía (hay que tener en cuenta que el tiempo no me sobra y, cada una de estas llamadas, supone, al menos, media hora perdida), les informé de que no había puesto la fibra y les pedí un descuento: “¿Por qué tengo que pagar fibra si no la tengo?”. Ingenuo de nuevo. Evidentemente, no logré nada. Eso sí, durante los seis meses posteriores me llamaron una media de dos veces cada 30 días para decirme: “Jazztel le regala la fibra, cuándo puede ir un técnico a su casa a instalarla”.
Llegamos ya casi a la actualidad. Al pasado mes de diciembre de 2017. Tras varios días llamando a distintas compañías, elegí una: Amena (luego vamos con ella, que también tiene lo suyo). Consulté por última vez en mi área de clientes de Jazztel la sanción (aún me quedaban dos meses de permanencia). Desde que me informaron de ella vía telefónica iba vigilando que bajara cada mes. Era de 14 y pico euros. Cantidad asumible. Barato precio para perder de vista a la gentuza de Jazztel.
Realicé el cambio, vino el técnico de Orange (Amena te ofrece el servicio de fibra y fijo con esta compañía) e instaló la fibra. Y aquí quiero hacer una salvedad, porque aún hay gente buena: el técnico se llama Michael y se pasó tres horas en mi casa hasta que logró poner la fibra (sin hacer ningún tipo de obra). Le doy las gracias infinitas porque, de no haberlo conseguido, creo que hubiera pasado mucho tiempo sin Internet.
Dos semanas más tarde llamé a Jazztel para saber de cuánto iba a ser mi última factura. Y cuál es mi sorpresa cuando me dicen que asciende a más de 176 euros (119 de la sanción de permanencia más 57 de la parte proporcional del consumo mensual).
Traté de explicarles educadamente que había un error, que cuatro meses antes me habían dicho que la penalización era de 50 euros. Me pasaron, otra vez, de un departamento a otro. Pero dio igual. Les amenacé con denunciarles, les llamé mentirosos. No les importa.
Hago otro impasse para aclarar algo. Es muy habitual lo de hablar con una o un telefonista y decirle lo típico de “siento que te estés llevando tú la bronca, ya sé que no es culpa tuya”, etcétera. Pero no. Esta vez no. Los empleados y empleadas que han dado conmigo son también culpables. Son parte indispensable de ese perfecto engranaje creado para el latrocinio en el que se han convertido las compañías telefónicas. Son ladrones y ladronas que engañan sabiendo que lo hacen. Que coadyuvan para perpetrar el hurto a otro ciudadano inocente.
Así, vomitando bilis una vez más, termina mi relación con Jazztel.
En el eterno proceso de contratación, alerté de que, muy probablemente, en mi casa no se podría poner fibra (ya sabéis, lo de la obra). Les pregunté si, en caso de que esto sucediera, me dejarían puesto un ADSL. Planteé dicha cuestión a tres personas, ¡¡tres!!: la que primero me ‘vendió’ la oferta y con la que contraté, otra de Orange con la que me pasaron posteriormente para realizar el contrato de la fibra y el fijo (ya he explicado que lo derivan en esta compañía) y una tercera, también de los de la naranja, que me volvió a pedir los mismos datos (no sé muy bien para qué).
“Por supuesto, señor Fernández”, contestaron henchidas, como máquinas perfectamente programadas.
Ese mismo día, a las 22:00 horas, recibo la llamada de otra persona (también de Orange) para preguntarme cuándo me venía bien que el técnico fuera a mi casa. Como mera comprobación rutinaria le dije: “Ya sé que sí, ya me lo han dicho tus compañeras, pero, por confirmar, si no se pone fibra me dejáis ADSL, no?”. “No”, fue la tajante respuesta. Creo que es el primer ser humano empleado en una compañía telefónica que no me miente en años.
Se lo expliqué con pelos y señales (se lo he dicho a tres personas, ¡¡tres!!, le dije) y me propuso que esperara a ver si el técnico lo conseguía y que, si no era así, llamara otra vez a Amena para que solicitara a Orange una instalación de ADSL –y no de fibra–. Afortunadamente vino el mejor técnico del mundo y lo logró. ¡Gracias, Michael!
Así lo hice y, de nuevo (parece mentira que me siga sorprendiendo), comprobé que me habían engañado. “Para usted solo está disponible la facturación del día 30 –que se pasa al cobro 10 días después, o sea a partir del 10– o la del día 5”. Lo consulté vía telefónica y también en el chat de atención al cliente. No me supieron decir más. Nadie fue capaz de explicarme por qué para mí solo eran posibles esos ciclos de facturación. Nadie.
Ya se lo explico yo: porque es mentira, porque podría tener el ciclo que quisiera, pero no os apetece (yo qué sé por qué). Porque sois unos sinvergüenzas.
Dos semanas después llegó el momento de pagar, ¿y a que no sabéis cuántas facturas me llegaron? Evidentemente, dos facturas como dos soles. Mismo ritual: llamar a Amena, bronca, les llamo ladrones, me piden perdón y pierdo hora y media valiosísima.
“A nosotros nos tienen prohibido mentir, señor, nos auditan”, me dijo el señor que me atendió. Es que al final te tienes que reír.
Denuncia, me dicen, vete a una organización de consumidores… ¿Para qué? ¿De qué va a servir? De nada. Como este artículo. Como los tuits. De nada. Pero hoy, al menos, me quedo a gusto. He soltado lastre y mala sangre. He cargado pilas para afrontar el próximo robo que, seguro, no tardará en llegar.
Fuente: https://oscarfcivieta.com/2018/01/10/mi-experiencia-con-la-companias-telefonicas-jazztel-amena-orange-nacidas-para-enganar/
Este artículo no lo escribo, lo regurgito. Porque llevo meses (años) acumulando mala hostia, soltando invectivas llenas de bilis que le entran por una oreja y le salen por la otra a la o el telefonista de turno, esperando paciente e ilusamente a encontrar una compañía telefónica honrada. Pero ya está. Hoy sé que no existe.
Y lamento no tener mejor memoria. La realidad es que llevan timándome toda la vida, pero no recuerdo exactamente las filfas de unas y otras. Así que voy a relatar las últimas. Las que tengo frescas.
La primera de Jazztel
Comenzamos con la líder indiscutible (al menos en mi experiencia) en esto de jugar sucio: Jazztel. Hace casi dos años, recibí una buena oferta de esta compañía y contraté con ellos ADSL, fijo y móvil –mayúsculo error el mío–. Me cobraban por todo 32 euros y me daban un móvil (era demasiado bueno para ser verdad, quizás me debería haber dado cuenta).A pesar de lo atractivo de la proposición, me costó aceptarla. Uno de los motivos para hacerlo fue la insistencia, porque si hay algo que caracteriza a las compañías telefónicas –además de su asqueroso modus operandi basado en el timo– es que son inasequibles al desaliento; ergo, insoportables.
Al final caí en la trampa. Les solicité que mis recibos se pasaran al cobro a partir del día 15 de cada mes –soy autónomo y mis facturas no son nóminas que se paguen el día 1–. Evidentemente me respondieron que sí (“Decir sí a todo con tal de vender, vivimos del engaño”, imagino que pone en letras grandes en las paredes de las oficinas de Jazztel). En el segundo mes sucedió lo previsto: el recibo se pasó al cobro antes de esa fecha y no había dinero. ¿Qué sucedió? Evidentemente hice frente a una sanción. Solo era la primera.
La segunda de Jazztel
Pasados seis meses recibo una factura por 64 euros. Inmediatamente (sospechando ya lo que había ocurrido) llamo a Jazztel. 25 máquinas y 18 canciones después logro hablar con una humana que me dice que la oferta de 32 euros (50 % de descuento) era solo válida para seis meses. Esto es algo habitual en las compañías telefónicas, pero yo pensaba que, al menos, tenían la decencia de avisarlo. En mi caso no fue así, nadie me dijo nada. Se me ofreció una tarifa de 32 euros sin condiciones, sin fecha de caducidad.La filípica con la telefonista en cuestión subió el tono. Me pasaron con varios departamentos. Aseguraron escucharme: “Estamos aquí para ayudarte”, dicen carcajeándose en tu cara. El corolario fue el mismo de siempre: “Te jodes”.
En el hacinamiento descontrolado de argumentos falsos (y eso que ya casi me habían convencido con lo del 50 %), apuntaron que otro de los motivos del encarecimiento era que me iban a poner fibra. Un técnico vino a mi casa una semana después y comprobó que para instalarla era preciso realizar una pequeña obra. Yo no soy el propietario y, por lo tanto, le planteé que me dejara el ADSL y que ya hablaría con la dueña para analizar la opción de realizar la obra. Así lo hizo.
Llamé de nuevo a mi compañía (hay que tener en cuenta que el tiempo no me sobra y, cada una de estas llamadas, supone, al menos, media hora perdida), les informé de que no había puesto la fibra y les pedí un descuento: “¿Por qué tengo que pagar fibra si no la tengo?”. Ingenuo de nuevo. Evidentemente, no logré nada. Eso sí, durante los seis meses posteriores me llamaron una media de dos veces cada 30 días para decirme: “Jazztel le regala la fibra, cuándo puede ir un técnico a su casa a instalarla”.
La tercera de Jazztel
Tenía decidido el cambio de compañía. Pero sabía que tenía permanencia de 24 meses –ni siquiera me preocupé por preguntar qué sanción me correspondería–. Cuando quedaban seis mensualidades para el vencimiento, llamé para informarme de la penalización. Me dijeron que era de algo más de 50 euros y que cada mes iba bajando. Decidí esperar.Llegamos ya casi a la actualidad. Al pasado mes de diciembre de 2017. Tras varios días llamando a distintas compañías, elegí una: Amena (luego vamos con ella, que también tiene lo suyo). Consulté por última vez en mi área de clientes de Jazztel la sanción (aún me quedaban dos meses de permanencia). Desde que me informaron de ella vía telefónica iba vigilando que bajara cada mes. Era de 14 y pico euros. Cantidad asumible. Barato precio para perder de vista a la gentuza de Jazztel.
Realicé el cambio, vino el técnico de Orange (Amena te ofrece el servicio de fibra y fijo con esta compañía) e instaló la fibra. Y aquí quiero hacer una salvedad, porque aún hay gente buena: el técnico se llama Michael y se pasó tres horas en mi casa hasta que logró poner la fibra (sin hacer ningún tipo de obra). Le doy las gracias infinitas porque, de no haberlo conseguido, creo que hubiera pasado mucho tiempo sin Internet.
Dos semanas más tarde llamé a Jazztel para saber de cuánto iba a ser mi última factura. Y cuál es mi sorpresa cuando me dicen que asciende a más de 176 euros (119 de la sanción de permanencia más 57 de la parte proporcional del consumo mensual).
Traté de explicarles educadamente que había un error, que cuatro meses antes me habían dicho que la penalización era de 50 euros. Me pasaron, otra vez, de un departamento a otro. Pero dio igual. Les amenacé con denunciarles, les llamé mentirosos. No les importa.
Hago otro impasse para aclarar algo. Es muy habitual lo de hablar con una o un telefonista y decirle lo típico de “siento que te estés llevando tú la bronca, ya sé que no es culpa tuya”, etcétera. Pero no. Esta vez no. Los empleados y empleadas que han dado conmigo son también culpables. Son parte indispensable de ese perfecto engranaje creado para el latrocinio en el que se han convertido las compañías telefónicas. Son ladrones y ladronas que engañan sabiendo que lo hacen. Que coadyuvan para perpetrar el hurto a otro ciudadano inocente.
Así, vomitando bilis una vez más, termina mi relación con Jazztel.
La primera de Amena
Toca retroceder un poquito, hasta el momento en el que estaba formalizando mi relación contractual con Amena. Llevo con ellos menos de dos meses y ya me la han colado tres veces (van camino de récord).En el eterno proceso de contratación, alerté de que, muy probablemente, en mi casa no se podría poner fibra (ya sabéis, lo de la obra). Les pregunté si, en caso de que esto sucediera, me dejarían puesto un ADSL. Planteé dicha cuestión a tres personas, ¡¡tres!!: la que primero me ‘vendió’ la oferta y con la que contraté, otra de Orange con la que me pasaron posteriormente para realizar el contrato de la fibra y el fijo (ya he explicado que lo derivan en esta compañía) y una tercera, también de los de la naranja, que me volvió a pedir los mismos datos (no sé muy bien para qué).
“Por supuesto, señor Fernández”, contestaron henchidas, como máquinas perfectamente programadas.
Ese mismo día, a las 22:00 horas, recibo la llamada de otra persona (también de Orange) para preguntarme cuándo me venía bien que el técnico fuera a mi casa. Como mera comprobación rutinaria le dije: “Ya sé que sí, ya me lo han dicho tus compañeras, pero, por confirmar, si no se pone fibra me dejáis ADSL, no?”. “No”, fue la tajante respuesta. Creo que es el primer ser humano empleado en una compañía telefónica que no me miente en años.
Se lo expliqué con pelos y señales (se lo he dicho a tres personas, ¡¡tres!!, le dije) y me propuso que esperara a ver si el técnico lo conseguía y que, si no era así, llamara otra vez a Amena para que solicitara a Orange una instalación de ADSL –y no de fibra–. Afortunadamente vino el mejor técnico del mundo y lo logró. ¡Gracias, Michael!
La segunda de Amena
La penúltima falacia de Amena: les pregunté si podía establecer una fecha de pago posterior al día 15 (ya he explicado antes lo de mis ingresos): “Claro, señor, 5, 10, 15, 20, 25 o 30, cuándo usted deseé. Solo tiene que llamarnos en el momento en el que ya tenga su nueva tarifa de móvil y de fibra en marcha”.Así lo hice y, de nuevo (parece mentira que me siga sorprendiendo), comprobé que me habían engañado. “Para usted solo está disponible la facturación del día 30 –que se pasa al cobro 10 días después, o sea a partir del 10– o la del día 5”. Lo consulté vía telefónica y también en el chat de atención al cliente. No me supieron decir más. Nadie fue capaz de explicarme por qué para mí solo eran posibles esos ciclos de facturación. Nadie.
Ya se lo explico yo: porque es mentira, porque podría tener el ciclo que quisiera, pero no os apetece (yo qué sé por qué). Porque sois unos sinvergüenzas.
La tercera de Amena
Durante el proceso de contratación –que es el momento en el que dan rienda suelta a su estrategia basada en “miente lo que haga falta, que lo que importa es vender”– me dijeron que, aunque contratara con Amena, el servicio de fijo e Internet me lo proporcionaría Orange. Ante esto, yo pregunté si me llegarían una o dos facturas: “Una, señor, una, todo irá unificado”Dos semanas después llegó el momento de pagar, ¿y a que no sabéis cuántas facturas me llegaron? Evidentemente, dos facturas como dos soles. Mismo ritual: llamar a Amena, bronca, les llamo ladrones, me piden perdón y pierdo hora y media valiosísima.
“A nosotros nos tienen prohibido mentir, señor, nos auditan”, me dijo el señor que me atendió. Es que al final te tienes que reír.
Orange
Incluyo a Orange en este artículo porque, al derivar Amena en ellos las instalaciones de ADSL, fibra y fijo, son también culpables. Dos de sus empleadas participaron del timo. Al fin y al cabo, todos son lo mismo.Todas son iguales
Hago una cosa que detesto: generalizar. Creo que, en casi ninguna faceta de la vida se puede decir eso de “todos los… son iguales”. En las compañías telefónicas, y por propia experiencia, sí. Alto y claro: todas las compañías telefónicas son unas ladronas y unas sinvergüenzas. Viven del engaño y sus empleados y empleadas son parte esencial del mismo.Denuncia, me dicen, vete a una organización de consumidores… ¿Para qué? ¿De qué va a servir? De nada. Como este artículo. Como los tuits. De nada. Pero hoy, al menos, me quedo a gusto. He soltado lastre y mala sangre. He cargado pilas para afrontar el próximo robo que, seguro, no tardará en llegar.
Fuente: https://oscarfcivieta.com/2018/01/10/mi-experiencia-con-la-companias-telefonicas-jazztel-amena-orange-nacidas-para-enganar/
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